Cuando pensamos en Diabetes Tipo 2, solemos enfocarnos en el azúcar en sangre, los pies, la visión o el corazón. Pero hay un órgano silencioso, fundamental y muy afectado por esta enfermedad: los riñones. La nefropatía diabética —también conocida como enfermedad renal diabética— es una de las complicaciones más graves y frecuentes. Sin embargo, puede prevenirse y tratarse si se detecta a tiempo.
La nefropatía diabética es el daño progresivo que sufren los riñones debido a los niveles altos y sostenidos de glucosa en sangre. Con el tiempo, este exceso de azúcar afecta los diminutos vasos sanguíneos que filtran los desechos de la sangre, haciendo que los riñones pierdan su capacidad de limpieza y regulación.
En las primeras etapas, esta condición no produce síntomas evidentes, por eso se le conoce como una amenaza silenciosa. A medida que avanza, puede llevar a hipertensión, hinchazón, fatiga extrema y, en casos severos, a insuficiencia renal que requiere diálisis o trasplante.

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¿Cómo saber si tengo riesgo de sufrir Nefropatía Diabética?
Todos los pacientes con Diabetes Tipo 2 tienen riesgo, pero hay factores que lo aumentan:
✅ Niveles de azúcar en sangre mal controlados
✅ Presión arterial alta
✅ Colesterol elevado
✅ Historia familiar de enfermedad renal
✅ Tabaquismo
✅ Obesidad o sobrepeso
✅ Falta de ejercicio físico
Por eso es tan importante realizar exámenes de control renal al menos una vez al año, incluso si te sientes bien.
¿Qué exámenes detectan la nefropatía?
Tu médico puede solicitarte pruebas específicas que evalúan la función de tus riñones. Las más comunes son:
- Microalbuminuria en orina: detecta pequeñas cantidades de albúmina (una proteína) que los riñones sanos no deberían filtrar. Es la señal más temprana de daño renal.
- Creatinina en sangre y tasa de filtración glomerular (TFG): indican qué tan bien están funcionando tus riñones para eliminar los desechos del cuerpo.
Recuerda: no esperes a tener síntomas para hacerte estos exámenes. En etapas tempranas, el daño es reversible o al menos controlable.
Nefropatía Diabética: Síntomas a los que debes prestar atención
Aunque en las primeras fases la nefropatía no genera molestias, cuando el daño avanza pueden aparecer:
🔸 Hinchazón en piernas, tobillos o pies
🔸 Orina espumosa o con sangre
🔸 Aumento en la frecuencia urinaria, especialmente de noche
🔸 Cansancio persistente
🔸 Pérdida de apetito
🔸 Dificultad para concentrarse
Si tienes Diabetes y alguno de estos síntomas, consulta a tu médico lo antes posible. Esperar puede agravar la situación.
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Cuidar tus riñones es cuidar tu independencia
La nefropatía avanzada puede llevar a tratamientos muy complejos como la diálisis, que cambia profundamente la rutina de vida. Por eso, cuidarte hoy significa tener más libertad mañana.
No esperes a sentirte mal para empezar a actuar. Haz de tus riñones una prioridad. Ellos trabajan por ti todos los días, sin que lo notes. Ahora es tu turno de devolverles ese cuidado.
La nefropatía diabética es seria, pero no inevitable. Con seguimiento médico, pequeños cambios sostenidos y un enfoque integral de bienestar, puedes proteger tu salud renal y vivir plenamente con Diabetes.
Tu cuerpo te habla. Escúchalo. Respóndele con acciones que sanen, fortalezcan y prevengan.